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3/1/1968-3/1/2018: MASELLA CUMPLE HOY 50 AÑOS

Las minas de manganeso, en las laderas de La Tosa, y los campos de cultivo de patata, en el Pla de Masella, eran la principal actividad de Masella mucho antes de que nadie pensara en telesquís, pistas o esquiadores. Mucho antes de que, a mediados de la década de los sesenta, el Ayuntamiento de Alp impulsara la creación de una nueva estación de esquí en la Cerdaña. Salvador Pous, el alcalde del pueblo, y Enric Sirvent, el teniente de alcalde, estaban convencidos de que las laderas orientadas hacia el norte y protegidas por el bosque de la montaña de La Tosa conservarían muy bien la nieve y serían un lugar idóneo para albergar nuevas pistas de esquí. Además, la materialización de una segunda estación de esquí en la Baja Cerdaña sería un impulso económico y turístico para el pueblo y la comarca, por lo que apostaron fuerte por la iniciativa.

En mayo de 1966 se constituyó la empresa promotora Teleesquís de la Tossa d’Alp, S. A., para propiciar el aprovechamiento turístico de la zona. Para llevar adelante la iniciativa recurrieron a la inversión de un grupo de accionistas privados, encabezados por el empresario y arquitecto José María Bosch Aymerich, quien, años más tarde, acabaría siendo el socio mayoritario. Actualmente propiedad de la Fundación Privada Bosch Aymerich, Masella sigue siendo una de las pocas estaciones de esquí de los Pirineos de gestión privada y económicamente viable. La estación, fiel a sus orígenes, sigue teniendo hoy en día como objetivo principal el desarrollo económico y turístico de la comarca de la Cerdaña, por lo que todos los beneficios que se obtienen se reinvierten en nuevas infraestructuras para el dominio esquiable

En el otoño de 1967 se instalaron en el Pla de Masella los dos primeros remontes, un telesquí para principiantes y un telesilla biplaza que subía hasta La Pleta. Estos ingenios se pusieron en marcha el 3 de enero de 1968. La estación de Masella era ya una realidad.

En 1969 se inauguró un tercer remonte y otro telesquí en la zona de La Pleta, pero fue dos años más tarde, en 1971, cuando Masella hizo un salto cualitativo y alcanzó su máximo desnivel de 935 m, todavía vigente hoy en día. El telesilla de Cap del Bosc y el telesquí de La Tosa transportaban a los esquiadores hasta los 2 535 m de la cumbre de La Tosa, desde donde podían bajar esquiando hasta el Pla de Masella, a 1 600 m. Ese mismo año se adquirió también la primera máquina pisanieves, una SV Ratrac 71.

En 1972 la estación se amplió hacia el sector de Coma Oriola, con la construcción del telesilla biplaza del mismo nombre. Con esta ampliación hacia Coma Oriola y La Tosa, en los términos municipales de Das y Urús, la sociedad pasó a llamarse Teleesquís de la Tossa de Alp, Das i Urús, S. A. (TTADUSA), razón social que ha perdurado hasta la actualidad. En el invierno del 72, Masella acogió también los campeonatos de España absolutos de esquí alpino, con la victoria tanto en eslalon como en gigante del recién proclamado campeón olímpico Francisco Fernández Ochoa.

Aparte de los remontes, ya desde los primeros años Masella quería ofrecer una experiencia turística completa, para lo cual se construyeron grandes infraestructuras hoteleras. El Alp Hotel Masella, inaugurado en 1977 y todavía en funcionamiento actualmente, y los primeros apartamentos permitían a los esquiadores alojarse a pie de pista. También contaban con la posibilidad de aprender a esquiar con los monitores de la escuela, en aquel momento bajo el paraguas de la “Escuela Española de Esquí”.

Durante las décadas de los 70 y de los 80 se fueron sucediendo las construcciones de nuevos telesquís y telesillas, lo cual convirtió a Masella en una de las abanderadas del esquí en el Pirineo catalán.

En 1994 se instalaron en la estación los primeros cañones de nieve producida. Desde entonces y hasta ahora, cada temporada se ha invertido en la mejora de la red de nieve, cada vez con mayor capacidad para fabricar nieve con menor consumo de energía.

La inauguración, en 1995, del primer remonte desembragable, el telesilla de cuatro plazas Masella Jet, marcó un antes y un después. A partir de esa fecha, nuevos remontes fueron reemplazando a los antiguos telesillas biplaza y a los telesquís hasta disponer de la moderna red de remontes que hoy en día es el orgullo de Masella. En 1997 se sustituyó el telesilla de pinza fija y biplaza Coma Oriola por un telesilla de pinza fija, con cinta de embarque y de 4 plazas. En 1998 se construyó el desembragable de 6 plazas Jumbo Tosa; en 2004, el telesilla de 6 plazas TGV; y en 2009, el de 6 plazas de La Pia Express, que supuso la apertura de un nuevo sector esquiable con la ampliación de Masella hacia el este.

Y, aparte del crecimiento físico del dominio, Masella también ha destacado en la última década por la ampliación de las horas de esquí. En diciembre del año 2013 se inauguró el Esquí Nocturno, una innovadora apuesta de la estación para ofrecer nuevas experiencias a los esquiadores, quienes desde esa fecha han podido deslizarse por las pistas con iluminación nocturna durante las horas vespertinas de los jueves, viernes y sábados. Con 10 kilómetros y 13 pistas iluminadas, Masella ofrece el dominio nocturno más amplio del sur de Europa, lo cual le ha valido el título de “la capital del Esquí Nocturno de los Pirineos”.

Meteorológicamente hablando, desde su inauguración en 1968, se han ido alternando en Masella inviernos más fríos y de nevadas generosas con otros más secos y cálidos. El hecho de que el 80 % de las pistas transcurran por dentro del bosque y que la mayoría estén orientadas al norte hacen que la nieve se conserve mejor que en otros lugares más expuestos a la radiación solar. Esto, junto con las mejoras constantes que se han realizado en nieve producida, han conseguido que la nieve siempre esté garantizada en la estación de la Cerdaña. En el año 2014, con la instalación de cañones en la pista Coms de Das y en el sector más oriental de La Pia, se completó la innivación del 100 % de los sectores.

Gracias a ello, Masella ofrece desde hace años la temporada más larga de los Pirineos y suele ser la primera en abrir la temporada y la última en cerrarla. Esto llegó a su máxima expresión en la temporada 2008-2009, en la que la estación permaneció abierta más de seis meses, desde el 8 de noviembre hasta el 10 de mayo.